El olor a libros nuevos la asalta, incluso puede que la conmueva; aunque eso no nunca lo sabremos, sigue impasible. El metal usado, el olor de las gomas sin estrenar, igual también el de el plástico, la tela aún limpia de la mochila, los lápices tallados y ordenados para ese día.A ella todo eso le resulta invisible, sólo le importa una cosa, la perfección. Observa con detenimiento su cabello antes de que sus labios se abran ligeramente formando una sonrisa y dejando entrever su dentadura perfecta. Antes de salir del baño de ata la rubia cabellera en una coleta alta y sale de su escondite para ir a parar al mundo real.Yo la observo desde lejos, atento a cualquier signo de sentimientos pero ni uno solo asoma a su rostro. No sé su nombre, ella tampoco el mío, probablemente no lo sepa nunca, nadie lo sabe.Entra en clase en punto repiqueteando ligeramente con sus tacones de gucci. Y deposita despacio sus cosas en una silla cercana a la mía. Acaba en la silla su chaqueta vaquera de hilfiguer y en sus manos unos libros con envueltos todavía.Se gira lentamente hacía mi, y mira directamente a mis ojos; aunque ella no me ve, nunca me verá.
- ¿Por favor, me prestas un bolígrafo? - dice ella con su voz tímida, incluso nerviosa. Aunque en su rostro no hay ningún atisbo de ello. Me giro rápido a ver quién hay detrás mía y me sorprendo al no ver a....nadie.
- No hay nadie detrás, te hablo a ti - dice ella otra vez, esta vez más firme.
- Cla...claro - respondo casi en un susurro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
estrellitas del cielo