El accidente

Mateo me cogió la mano y avanzó decididamente por el aeropuerto. Nos dirijiamos a Puerto Rico; no era que no llamara mucho la atención, pero mejor que quedarse en Alemania si que era; llevabamos ya 12 años es aquel orfanato infernal con la señora Grenn, la cual nos castigaba sin darnos siquiera de beber... No es que tenga un recuerdo de la infancia muy agradable.
el unico buen recuerdo es el día de mi 18 cumpleaños; el dia en que por fin salí de alli y cogi ese avion a Puerto Rico.
Hicimos todo el papeleo, pasamos los controles, y nos recorrimos todo el aeropuerto buecando la puerta(y las tiendas que me gustaban).
Cuando entramos en el avión noté como se me formaba un nudo en la garganta y empece a apretar con más fuerza la mano de mi compañero, Mateo. No es que estuvieramos saliendo, simplemente él y yo entramos a la vez en el orfanato y nos hicimos amigos inseparables del alma. Mateo empezaba a notar que lo que al principio era por pura satisfaccion ahora ya se estaba conviertiendo en pánico, asi que quito mi mano cuidadosamente de la suya y me dijo:
-Ya que he sobrevivido todos estos años a la señora Grenn me gustaria poder aguantar vivo un poco mas.
solte una risa falsa y me acomodé en mi asiento; empece a preguntarme como se ataría un cinturón como aquel, yo nunca habia visto uno igual, pero Mateo me salvo abrochandomelo con paciencia y ofreciendome un caramelo.
Desgraciadamente no acepté, era de limón, y yo odiaba ese sabor, sólo me recordaba cosas malas.
En cuanto el avión despegó sentí una extraña impresión y de pronto mis temores se hicieron realidad; en cuanto habiamos llegado al cielo el avión, en vez de seguir recto empezó a formar curvas y a caer en picado.
Yo abrace a Mateo como si ese fuese el último modo de salvarnos y él me susurro:
-Te quiero.
por un momento me olvide de que estabamos a punto de morir y le besé, Fue dulce, apasionado, rebuscado. Asi que como promesa para un despues le dije:
- Si sobrevivimos nos casaremos y viviremos en Puerto Rico, tendremos un maravilloso orfanato y los niños nos adoraran.
Ni si quiera le dio tiempo a responder. El colapso fue total, sentimos un choque brutal y el avión estalló en llamas; lo último que recuerdo soy yo intentando moverme...
Os escribo desde un lugar muy lejano, tal vez ya ni siga viva, solo os dire una cosa: tengo cientos de niños que me adoran y a los que educo cada dia con una sonrisa.
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Esto se lo dedico a toda la gente que sabe que nunca les pasara esto en los aviones y que siguen siempre adelante con una sonrisa en la cara.
besos.
alex*__*